Publicado el 19/09/2020
Ah, si nos hubieras visto… A punto estábamos de descorchar emojis de champán (solo emojis, no hay presupuesto para botellas de verdad, aceptamos colaboraciones). Por fin, una buena, por fin, un festejo. Veníamos de una seguidilla de noticias listas para combatir cualquier optimismo: investigadores descubren una fuga submarina de metano en el Hemisferio Sur por primera vez, la suntuosa voz de Sir David Attenborough llega a decirnos que estamos extinguiendo todo, hay incendios a lo largo y a lo ancho del continente, las propuestas de salida de la crisis económica parecen diseñadas para crear nuevas pandemias (y así entrar en un fabuloso bucle de pandemia-recesión-“soluciónâ€-pandemia-recesión-“soluciónâ€-pandemia). Lo que necesitábamos una buena, ¿cómo explicarlo?, no podemos ni juntarnos a compartir mate mientras leemos las noticias de la destrucción. Realmente necesitábamos una buena.
Y llegó. El Tribunal Ambiental chileno confirmó la clausura “total y definitiva†del proyecto minero Pascua Lama. Después de una larga resistencia de la comunidad, los pueblos originarios de Atacama y organizaciones ambientalistas, y de muchas denuncias a los daños irreversibles que el proyecto de minería a cielo abierto causaría en el ecosistema, el proyecto cesa.
¡RESISTIR SIRVE! ¡Emoji de champán!
No se habían cumplido ni 24 horas cuando llegó la noticia siguiente. Frente a la decisión del Tribunal Ambiental de Chile de disponer el cierre definitivo del proyecto aurífero binacional Pascua-Lama, el Gobierno de San Juan volvió a pedirle a Barrick que explote el proyecto del lado argentino.
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Pero, ¿por qué es malo el proyecto? ¿Qué pasa con la minería a cielo abierto? ¿Es que simplemente somos gente muy amargada que odia el oro y las cositas que brillan? ¿Nos molesta el progreso?
Varias cosas pasan con la minería a cielo abierto:
La obvia: implica dinamitar la corteza terrestre, o sea, hacer volar una montaña que estuvo formándose durante millones de años, dejar un pozo gigante en su lugar y millones de toneladas de escombros por ahí cerca.
La lógicamente subsecuente: supone el gasto de un montón de energía, la utilización de millones de litros de agua y la generación de muchísimos desechos tóxicos.
La inevitable: cada vez se necesita más y más y más energía para obtener menos mineral “útil†por unidad de energía gastada, o sea, ya sacamos lo que estaba más facilito, lo que era más rentable económica y energéticamente, y ahora estamos rascando el fondo de la olla.*
La angustiante: la contaminación y el acaparamiento de los bienes comunes por parte de estos proyectos perjudican directamente (y en muchos niveles) a las comunidades que viven cerca.
La decepcionante: no significa realmente un beneficio para la economía local, porque estos procesos mineros no requieren demasiado trabajo humano una vez que se termina lo “grueso†del principio, así que no se genera mucho empleo duradero, y porque, por las disposiciones de los tratados internacionales y por los chanchullos nacionales, la extracción tampoco deja tanto rédito al país en el que están las minas.
En este video, “¿Qué es la megaminería?â€, de Payada pa’ Satán, está explicado de manera muy clara:
La web del cierre del video ya no está funcionando (esa dirección ahora te lleva a un sitio japonés sobre motos), pero el sentido del mensaje final sigue en pie: hay mucha gente en Argentina y en el resto del mundo que ya está trabajando para pararlos, y podemos sumarnos. La clausura del proyecto Pascua Lama sigue siendo un notición, y sigue siendo una muestra de que RESISTIR SIRVE.
Como demostró Esquel el 23 de marzo de 2003, con el plebiscito que dijo "no a la mina" y dio inicio a la unión de asambleas ciudadanas (UAC) que siguen resistiendo estos atropellos. Como demostró en reiteradas ocasiones la comunidad vecina del Famatina. Ahora toca seguir. Como sigue resistiendo Antofagasta.
Si querés conocer más sobre esto e involucrarte, te invitamos a darte una vuelta por el sitio de NO A LA MINA.
Resistir sirve. Toca seguir.
*Este gráfico de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) del Ministerio de Minería lo ilustra muy claro para su país, casi se duplica el consumo de energía y la producción (o extracción) está estancada: